Hace unos años visité el viejo «Orhei», emplazamiento situado a unos 60 kilómetros de Chisinau, capital de Moldavia. Es un sitio extraño y mágico.
Con motivo del festival internacional de música «Songs of the World», recibí invitación para ir, por segunda vez, a Moldavia. La invitación venía de un buen amigo y gran y reconocido artista: Constantin Moscovichi y, Como acabo de comentar, era la segunda vez que visitaba ese bonito país del este de Europa y no sería la última.
Me acompañaban en ese viaje el cantante lanzaroteño Juanjo López, que participaba en el certamen, el cantante tinerfeño Goyo Tavío, como artista invitado y yo, como parte del jurado internacional. Como actividad de carácter cultura complementaria de la parte musical, nos ofrecieron a los miembros de jurado y artistas invitados, una visita a ese bello lugar cuyo nombre da título a esta entrada de mi blog.
Nos acompañaba Valentina, esposa de Constantin y primera bailarina nacional.
Poco después de terminar nuestro almuerzo en el hotel en el que nos alojábamos en Chisinau, un autobús de la organización del festival nos trasladó a ese maravilloso sitio. Comparto dos videos: uno donde se puede apreciar la grandiosidad y belleza del lugar y otro de videoclip de mi querido amigo Constantin, grabado precisamente ahí.
Está situado a 189 kilómetros de la ciudad de Odesa (Ucrania) y a unos 89 kilómetros de Tiraspol, capital de la República de Transnistria, no reconocida internacionalmente y que, aunque forma parte del territorio moldavo, es, de facto, un estado.
Por resolución de la Asamblea Parlamentaria del Consejo de Europa de 15 de marzo de 2022, se reconoce esta región como territorio perteneciente a la República de Moldavia, pero ocupado por Rusia.
Siguiendo con nuestra visita al Viejo Orhei, llegamos al monasterio rupestre, excavado en las paredes del acantilado sobre el río Raut.
Un monje nos mostró su interior: iglesia y humildes celdas. La vista desde su terraza, parte del propio acantilado, era espectacular. En las fotos se pueden apreciar tanto el exterior como el interior de tan mágico lugar.
Al final de la tarde nos traslados a un lugar cercano, una vivienda privada, en la que nos ofrecieron una estupenda cena con las excelencias culinarias de la zona. Esto ya lo contaré en otra entrada de mi blog.