1,2,3 responda otra vez. Por 25 pesetas: ¿Quién fue el encargado del diseño del escenario del Carnaval de Santa Cruz de Tenerife en 1989, que en esa edición estuvo dedicado al Egipto Milenario?
Si, respuesta acertada, el conocidísimo Chicho Ibáñez Serrador, director de cine, director teatral, guionista, realizador de televisión y también actor.
Ese mismo año comenzaba yo mis andanzas carnavaleras como autor y compositor y, para ser mi primera incursión, no estuvo nada mal: TVE escogió mi canción «Saca el coco» como tema para toda su programación de carnaval. También otras emisoras como RNE, COPE o Antena 3 Radio tomaron mis canciones como sintonías de sus programas. Fue una buena entrada al mundo del carnaval como compositor.
Como consecuencia de ambas relaciones con el carnaval chicharrero ese año, la de Chicho Ibáñez Serrador y la mía, los dos coincidimos en una entrevista en la entonces Antena 3 Radio, en la calle Villalba Hervás de Santa Cruz de Tenerife. Éramos los dos únicos entrevistados en el programa de una hora de duración y la verdad fue para mi un honor y una gran experiencia compartir entrevista y micrófono con un gran maestro como Chicho. Después seguimos la conversación en una de las cafeterías que hay en el mismo edificio de la emisora.
Me decía Chicho que un buen espectáculo no debería durar más de dos horas, dos horas y media, como tope, para que el público no perdiera la atención. Mejor que falte a que sobre. Yo pensaba lo mismo y en estos últimos veinte años he aplicado esa política a las galas de los festivales que dirijo: todo muy estructurado por bloques, dinamismo, evitar espacios muertos y agilizar al máximo las presentaciones de los artistas, haciéndolas incluso con voz en off.
Foto de Grupo «EnMascarada» compartida de una noticia del periódico «Diario de Avisos»
No guardo recuerdo fotográfico de mi encuentro con Chicho Ibáñez Serrador pero si el recuerdo imborrable de sus palabras, de sus consejos de maestro y del talento que rezumaba de su persona.
Su madre, la actriz Pepita Serrador se enamoró de Santa Cruz de Tenerife y la ciudad le dedicó una calle. Toda una familia de actores, porque no hay que olvidar que su padre fue otro grande de los escenarios, del cine y de la pequeña pantalla: Narciso Ibáñez Menta.
Gracias Chicho, gracias Don Narciso, por darme aquellos buenos consejos y por aquel «master» gratuito de una hora. Hasta siempre maestro.